Este proyecto analiza cómo la migración puede convertirse en una oportunidad frente al reto demográfico que enfrentan España y Chile, dos países con importantes zonas rurales en declive. A través de una mirada centrada en la ciudadanía global y los derechos humanos, se exploran modelos de integración que promuevan la inclusión social, el respeto intercultural y el desarrollo sostenible de territorios despoblados. Se busca comprender cómo gestionar de forma ética y efectiva los flujos migratorios para revitalizar comunidades que enfrentan el envejecimiento y la pérdida de población.

